Super Coche Lavado Aventura
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ustedes a la hora de dirigirse con respeto a sus mayores. También espero que recen antes de acostarse a dormir que se sienten derechos en la mesa que siempre tengan limpias las manos y las caras. Que lean libros inteligentes con buena luz para que no dañen su vista pero no tan fuerte como para eliminar las sombras de las esquinas de la habitación. Ahora si me permiten, no quiero que me den más lata con sus trompeteos o con sus impertinencias. Vámonos, Lucy, querida. Alicia, una toma rápida contigo y con el conejito. Supongo que no le gustan los conejos. ¿Segura que es para nosotras? Cortesía de la Universidad de Columbia. Sí señora, es parte de las celebraciones. Bienvenida, esperamos sinceramente, que éste sea un nuevo País de las Maravillas para una Alicia que siempre será joven. ¿Qué significa todo esto? ¿Por qué tanto alboroto? ¿Qué vamos a hacer? ¿Señora Hargreaves? No tenía idea que esperarían tanto de mí. ¿Le ordeno una buena taza de té? ¿Té?.. sí. Dicen que los americanos no saben hacerlo como se debe. Total mi anciana cabeza me está dando tantas vueltas. No van a dejarnos en paz. Ni siquiera por un minuto. No puede ser. Ya esto es un invernadero. ¿Quién es, cariño? ¿Usted qué quiere? A usted Radio ¿Le importa si paso? Espere. ¡Espere! ¡Estas rosas son para la encantadora niña de nuestra infancia que al crecer se hizo una dama tan agraciada! ¿Es usted por casualidad uno de esos Radio ¿cómo le dicen? ¿Señora? ¿Homosexuales? ¡No! No lo soy. Gracias de todos modos. No las quiero Radio Las flores. ¿No las quiere? Bien, para empezar, no sé quién es usted, joven. Él es Radio Y estamos hasta la coronilla. Las flores me hacen pensar en la muerte, ¿sabe? Entonces lo lamento, me las llevaré al salir. Cuando salga, sí. No quisiera ser descortés pero, ¿podría decirme qué quiere? ¿Es empleado de este lugar? No. Es uno de los periodistas que estaba a bordo. El que pidió silencio. John Francis Dolan, del New York Herald Tribune Radio Antiguamente. Es uno de los de esa turba. Sí, esos éramos, ¿verdad? pero por eso estoy aquí. Telefoneé al “Tribune” y mañana el editorial será sobre usted. ¿Sobre mí? Intuyo que lo harán. Y no sólo en el Herald Tribune, ya verá. Tomé nota, se lo leeré. Creo que no quiero oírlo. “Es inconcebible que su presencia Radio ” Se refieren a usted, señora. “Es inconcebible que su presencia Radio recuerde a muchos angustiados en los EUA que hay mucho más en este mundo que la economía y qué poca relación tienen la riqueza y la ¿diversión?” ¿De qué hablan? ¿Qué significa? Si se asoma a la ventana Radio ¡No, no, es muy alto! Quizá vea la más rica de las ciudades pero estamos en plena Depresión. Sí, lo sé. Con temores, miedo, crímenes rufianes, secuestradores, matones. Pero tiene algo llamado silla electricidad. Silla eléctrica, señora. ¡Exactamente! Sí, pero los problemas no siempre pueden corregirse. A veces debemos soñar un poquito. Eso es ser débil. Uno debe enfrentar a las cosas. ¡Pasen en el interruptor! ¡Fríanlos! Pero la gente, de vez en cuando quiere pensar cosas bonitas. La gente quiere ilusionarse Radio