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De acuerdo. ¿Te viene bien? ¿Todavía estás aquí? Me ha entrado un poco de sueño. Esto es para ti. Página cuarenta y uno. ¿Cómo lo has hecho? Te lo explicaré otro día. No. Por favor, ahora. Con el nombre de la floristería que había en el sobre, de los crisantemos. ¡Qué idiotas! ¿Y después? Después, fui allí, y averigüé que las flores te las envío una mujer. Probablemente una secretaria. ¿Secretaria de quién? No lo sé… no lo he preguntado. Estaba buscándola a ella, no a él. Pero ella, ¿cómo nos las ha hecho llegar? Encontré este número del “Time”, allí, en la tienda. Ya, un florista que lee el “Time”. ¡Pero por favor! Quizás no lo lea, pero lo tenía. A lo mejor lo dejó aquella secretaria. Ida, si tú sabes quién es y no me lo dices, yo no… ¿Tú qué? Eres tú el que me ha dicho que lo olvidara… porque no te importaba un pimiento saber de ella. ¡De ella, pero no de él! Pero por Dios, no te puedes pasar la vida esperando el momento de vengarte. No lo entiendes. ¿Por qué no lo puedo entender? Soy una persona como tú, ¿sabes? Sólo por casualidad de diferente. Dime la verdad, ¿por qué lo quieres saber? Estoy en la misma situación… que cuando busco la solución a la trama de una película y no la encuentro. Sólo tengo una sospecha. Querría saber si he acertado o no. ¿Y de quién sospechas? Del padre. Ya. ¿Crees que está enamorado de ella? Amor paterno, celos paternos, eso sucede. ¿Qué haces? ¿El enfoque? Tengo la frente demasiado grande, ¿verdad? Es justo la frente la que da a tu cara esa respiración increíble. Aquí… ésta es la chica, ¿me ayudas a buscarla? ¿La preparo para el film? ¿Damos la noticia? No, nada de film, nada de noticia, sólo quiero la dirección. De acuerdo. Gracias. Es muy guapa, ¿verdad? Sí, es muy bonita. Podías quedarte un poco y hablamos, no nos vemos nunca. Lo sé, pero hoy no tengo tiempo. Tengo un poco de prisa. Aquí la tiene, ésta es la dirección donde reside. Perdóneme… ¿Conoce a una chica que se llama Maria Vittoria? ¿Quién? Mavi. Ah, Mavi. No, no la conozco, nunca he oído hablar de ella. Gracias.



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