Best Controlador De Alma
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¿Entonces, señora, nos vemos mañana a las cuatro, eh? Me acordaré, en punto. Perdón, debo telefonear… Le ruego que me perdone… Hasta luego, entonces hasta mañana. Soy yo. Tengo una cosa divertida que contarte. ¿Nos vemos? ¿Lo coges tú, por favor? La secretaria ha salido. Sí, claro. ¿Quién es? Querría hablar con la doctora. Está ocupada en este momento, ¿puede decírmelo a mí? Me llamo Farra también. No entiendo, ¿usted también es ginecólogo? No, no, es decir, la doctora es mi hermana. Por tanto, yo soy su hermano. Le llamo por teléfono para una cita, no tengo ganas de bromear. Tiene razón, excúseme. Yo… lo siento ¿Niccolo Farra, el director? Eh, así me llamo. Lo siento, tengo que hacerla esperar, ¿puede decirme cómo es usted? ¿Por qué, quiere hacerme una prueba de cine? No lo sé, no la conozco. Pero me siento mal cuando no logro ver… la persona con la que hablo por teléfono. Ya está aquí mi hermana. Gracias. De nada. Sí… ¿Podría darme cita para mañana? Un momento. No, mañana no puedo. Deme su nombre y número de teléfono. Maria Vittoria… Maria Vittoria… Luppis. Seis, cinco… Un momento… Sí, de acuerdo, ya la llamaré yo. Gracias. De nada. ¿Me esperas, por favor? Sí, claro. Si el hombre no existiese, ¿existiría Dios? Ya con el hombre hay dudas, figúrate sin él. Es verdad. ¿Y qué hizo Dios antes de crear el mundo? Nada. ¿Dónde está tu cama? Encuéntrala. ¿No te quitas las bragas? No, me las tienes que quitar tú, pero despacio. Que no parezca que uno necesita del como del pan cotidiano. Has sido tú quien me ha preguntado dónde estaba la cama. Lo siento, ¿no podríamos estar aquí un poco sin hacer nada? Tengo problemas. ¿Qué problemas? No, no son problemas. Es decir, he empezado muy tarde. ¿Por qué? Estuve más de dos años internada en un colegio en Inglaterra, en Gales, cerca del mar, “Atlantic College”. Nunca lo he oído nombrar. Sólo vosotros los nobles conocéis esos “colegios”. En el colegio, además de estudiar, nos especializaban en salvamento marítimo. ¿Salvamento? Sí, si las canoas volcaban, debíamos salvarnos mutuamente.